miércoles, marzo 02, 2011

Limite 110. El chocolate del loro
Resumen de las ideas de este blog, en   http://miguelvalle.com/trafico/


Hoy es martes. Desde  el viernes pasado, los medios todos no paran de bombardear ese límite anunciado por Rubalcaba, para reducir el gasto de carburante, para mejorar la economía de nuestra ahora querida España -hasta no hace mucho nación de noción discutida y discutible-   para mejorar la seguridad vial y para otras mejoras, sólo superables por el bálsamo de Fierabrás.

Unos califican la medida de "más efectista que efectiva". Otros ponen en cuestión que se trate de una medida "adecuada" a las necesidades "ni a lo que se pretende o a lo que se dice que se pretende". Nadie se cree que el 15% de ahorro se aproxime, ni de lejos, a la realidad.
El Comisariado Europeo del Automóvil  prefiere incidir en los cursos de ecoconducción, mediante los cuales se podría reducir el consumo en un 15% con técnicas sencillas. "No todo tienen que ser medidas represivas".

Hay quien ve en ello una medida recaudatoria, aumentando el número de opotunidades para 'hincar' la multa. No soy de esa opinión, ni mucho menos. Con la actual disposición de señales - muchas de ellas levantadas homogéneamente en circunstancias heterogéneas y otras colocadas capciosamente-, con la disposición de muchos radares concebidos para penalizar y no para prevenir, se puede recaudar sin gran esfuerzo. Si no recaudan más es porque ya les parece exagerado y procuran ser benignos como me explicó a mí aquel agente, que me espetó 300 euros por ir a 79, donde el límite era de 60 Km/h. Aquella misma mañana, en ese mi recorrido habitual, habían cambiado el límite de 60 por el de 50 Km/h, en un lugar de plena visibilidad durante 400 metros (Estación Feve de Páramo del Sil, León). Me dijo que eran muy comprensivos sus superiores, que habían dado consignas de no apurar las multas. Los 300 euros fueron acompañados al poco tiempo por la retirada de mi carné durante un mes.
Conclusión: que no necesitan disminir esa velocidad a 110 para seguir recaudando a raudales.

Se puede ahorrar energía de muchas otras formas que no sea ese simbólico chocolate. Se aportan varias ideas para ello. Hay quien propone reducir el alumbrado de las vías públicas. Por supuesto que ya se ahorraría bastante si apagaran y encendieran las actuales luces en el momento justo de claridad/penumbra.

Y yo apoyo al ministro de Industria cuando habla de reducir tal iluminación. Ya dio marcha atrás por temor a los grandes benefactores del género humano que hablan del perjuicio que se causaría a la seguridad vial. Que habría más muertos, que sería como conducir con niebla...y sandeces de esa ralea.  Soy de la opinión que sería un gasto inasumible iluminar todo lo iluminable para circular por la noche. Yo digo, la noche no es para circular igual que de día, si tengo que viajar de noche, que será excepcional, tomaré la excepcional medida de ir más despacio. Con las rayas reflectantes bien conservadas y las buernas luces de mi coche, me sobran todas las farolas, que en muchos casos no hacen más que cegarme.Y añado, hay multitud de lugares que no están iluminados y sin embargo circulamos. Hay multitud de lugares iluminados que si tuvieran menos luz yo iría más despacio, o no iría, que la noche es para descansar.

Y, hablando de chocolate, yo propongo una medida de mínimo ahorro energético pero de máximo ahorro neuronal. El sistema nervioso es muy valioso.
La medida es ésta: Retiremos todos los avisos literarios, petulantes, redundantes y agobiantes de las pantallas electrónicas de autovías y autopistas.  Analicemos:
PRECAUCION - CON VIENTO- MANTENGA LA DISTANCIA DE SEGURIDAD
Número de letras       49
Número de palabras    8
Gasto energético          exagerados lets para tanta letra.
Gasto neuronal             exageradas sinapsis puestas en funcionamiento para entender el mensaje.

Observaciones: Leyendo eso y tratando de interpretarlo puedes irte de bruces contra el guardaraíl. Porque es que no sabes ni cómo interpretarlo: Precaución CON viento... ¿A qué viene es CON? A nuestro bebé, cuando lo acurrucamos entre nuestros brazos y el volante para que vaya siguiendo los pasos de Fernando Alonso, sí que lo iniciamos de esa manera: mira,  hijito, CON viento (es decir, cuando hace viento) hay que poner mucha atención y guardar la distancia de seguridad. Muy bien, ese es un adoctrinamiento general y no un información puntual de este momento.
Analicen estos otros pantallazos ATENCIÓN - MAQUINARIA INVERNAL - TRABAJANDO - MODERE LA VELOCIDAD. Literatura vacua. Miren ese INVERNAL, que ocupa una posición de adjetivo determinante -pospuesto al núcleo-, cuando en realidad es un epíteto y debiera preceder al nombre.

Y todo ello para avisarnos simplemente de que hay MAQUINARIA. (La atención y la moderación ya la pondré yo, sin importarme si la MAQUINARIA es Invernal, Veraniega, Matutina o Verpertina).

Y menciono lo que en otro lugar he dicho a este respecto: Si esa farragosa señalización es difícil de interpretar por los jóvenes de ojos de lince, ¿qué me dirán del colectivo cada vez mayor en edad de presbicia y acortamiento de visión? No me vengan diciendo que con la edad muchos recuperan la vista. Eso decía mi padre a los 85 años. Y el cura del pueblo asintió: que claro, que ya se aproximaba a la visión beatífica.

Ahora veamos la economía de un letrero electrónico así de simple:

MAQUINARIA
Número de letras    10           contra  49
Número de palabras 1            contra   8
Gasto energético     mínimo número de lets.
Gasto neuronal       mínimo número de sinapsis puestas en funcionamiento para entender el mensaje.

Observaciones: Como máximo podríamos ampliar la pantalla a esto: MAQUINARIA - MACHINERIE - MACHINERY. Cada palabra debajo de la anterior, para hacer extensivo nuestro lenguaje electrónico al mayor número de miembros de la CCE o de cualquier turista venido del fin del mundo. El conductor abezado sólo leerá una de esas palabras, puestas siempre en el mismo orden.

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