MUJERES AL VOLANTE.
MI AMIGO VUELA SOBRE EL PASSAT
Resumen de las ideas de este blog de tráfico, en   http://miguelvalle.com/trafico/

Mantengo que las mujeres conducen bien pero algo raro. Voy conduciendo por la ciudad. Me precede alguien que hace algo extraño. En el 90% de los casos ya sé a qué género pertenece.

Me dirán que soy misógino. Me dirán que provoco la violencia de género. Digan ustedes lo que quieran pero sigo manteniendo que las mujeres, aquí en España, excepto las profesionales y algunas otras, hacen cosas extrañas conduciendo.

¿Es que el género femenino -ayer fue el día de la mujer- es inferior al masculino? Yo no he dicho eso. He dicho que aquí, en España, las mujeres conducen bien pero algo raro.

Y la culpa no es de ellas. La culpa es de quien les ha hecho creer que son muy buenas conductoras PORQUE CONDUCEN DESPACIO. Se habló de beneficiarlas, no si ahora también, con un descuento en la póliza de seguros. Porque conducir despacio implica responder al gran talismán de la seguridad vial promocionado por la DGT: Conducir despacio es el non plus ultra.

Y ellas, listas que lo saben todo, no dudan en pararse en el cruce para concretar en qué dirección está la tienda de compras. Y ante el semáforo no dudan en consultar al espejo sobre quién es la más guapa.

Normas tontas son las presentadas por nuestro actual código de la circulación, que se sustentan en una concepción negativa, recaudatoria, envolvente y aplastante del tráfico. Va siendo hora de que alguien, con sentido común, vaya pensando algo diferente y ponga en práctica un código concebido bajo conceptos nuevos.

Si la chica que, hace una semana dando marcha atrás, atropelló a un vecino mío, que atravesaba el paso de peatones agarrado de su carrito, hubiera mirado, mi amigo no hubiera muerto.

Ayer lo enterramos. No pudo superar en el hospital la operación de su cadera. Tenía 99 años. Descanse en paz. Era enorme su afán de vivir. Con una mente clara hasta el último momento.

Si en los exámenes de conducir se hiciera más insistencia en tomar todas las precauciones al retroceder; si se gastara menos tiempo en el aprendizaje de sortear las preguntas tortuosas, insidiosas y estériles de los exámenes de conducir, esa chica acaso se hubiera ahorrado el disgusto. Ojo, podía haber sido un chico también, pero llueve sobre mojado.

Sobre mojado vino aquella chica  que hace unos años embistió contra mi Passat en la confluencia de las calles Manso y Hurlé de Gijón. Ella conducía un Ford K. Yo acababa de salir de mi garaje en  la calle Manso, 13. La empujaba el viento de la playa de San Lorenzo subiendo por Hurlé, se tragó la señal de ceda el paso y  topetó lateralmente contra mi rueda delantera derecha.

La invité a un café, mientras llegaba la policía. La policía, a petición mía - pues estaba oscuro-, escribió el impreso del accidente, no sin antes recriminarla a ella diciéndole que a dónde iba traspasando a destiempo aquella señal. Durante el café yo le conté a la chica que me ocasionaba bastante contratiempo el percance, pues me dirigía a Oviedo a una consulta que tenia reservada desde hacía varios meses con unos famosos oftalmólogos.

Vinieron las grúas. Llevaron los coches. Luego, llamé a su casa para que agilizaran el parte del seguro. Se pone su madre:

- Es que la niña dice…
- ¿Qué dice la niña?
- Que usted no veía. Que iba a los oculistas de Oviedo…
- Perdone, señora, es que me olvidé de mi perro lazarillo en el garaje….

Bien, ese es otro tema. El de las reclamaciones injustas a todos los niveles de la vida en este mundo de 'aprovéchate como puedas'.

El tema sigue siendo que mi amigo murió y mi Passat se fue al cementerio.

Amigo ausente, hace tres años que renunciaste a conducir por la carretera Gijón-Coruña. Regresaste y abandonaste tu coche. Justo cuando yo acababa de reemplazar el passat por el mercedes  ¿te acuerdas lo que dijiste al verlo? … ¡Vaya Zepelin!

Adiós, amigo. Si en el cementerio encuentras el passat, tómalo y corre, corre, no mires atrás.

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