viernes, marzo 18, 2011

TRAFICO FLUIDO 1. EDUCACIÓN VIAL.
Resumen de las ideas de este blog de tráfico, en   http://miguelvalle.com/trafico/

El tema de la educación vial es neurálgico en la prevención de accidentes. Debiera llevarse a la escuela, a las autoescuelas y a los medios de comunicación.

-En la escuela se enseñarán los principios básicos.
-En las autoescuelas se ampliará el curriculum del que se examinará a los conductores.
-En los medios de comunicación se divulgarán los detalles que se juzguen más apropiados a cada momento, en cada región. Me pregunto si no sería factible que todas las emisoras y todas las cadenas tuvieran un unos minutos dedicados al tráfico. Pero no para repetir cansinamente ‘no corras - cuidado con la velocidad – cuidado con la niebla en las cuencas de los ríos... –cuidado - atención – cuidado al volante que la nieve es mucha – es mejor perder un minuto en la vida que no la vida en un minuto, ponle freno’…… Y simplezas de ese calibre.
Eso no es educar en la conducción. Ahí no hay ni pizca de formación sino una simple información redundante. Ya veo yo que hay niebla y nieve cuando salgo de casa y cuando escucho las noticias. Lo interesante sería que nos dieran algún consejo concreto de cómo enfrentarse con la nieve, con la niebla o con unas primeras gotas de agua.

La educación vial debiera abarcar muchos campos:

1.- Educación en las señales.

No nos detenemos en ella pues ésta es casi la única que se hace hasta el presente.

2.- Educación en la cortesía.

Que no digan que el español, al tomar el volante, se transforma y se convierte en un ser agresivo. Es cierto que hay agresividad en mucho conductor español, pero no es algo idiosincrático, es algo accidental que surge de la mala formación vial y de la mala estructuración del tráfico por parte de los responsables de este servicio ciudadano. El que ha tenido que sufrir un retraso tonto por culpa de tres semáforos mal colocados, contra-sincronizados, acaba lógicamente irritado y, para no arreglar los semáforos que provocan la irritación, los magnates se refugian en el tópico de la agresividad.

El conductor será cortés y no agresivo si lo educamos en la cortesía y promovemos coordenadas que la favorezcan. Por ejemplo:

En la ciudad voy por una calle principal, con tráfico lento, y veo de lejos un coche que asoma de una callejuela o vía menos importante, que carecen de semáforo: en ese momento yo debiera aflojar mi velocidad e incluso darle una ráfaga de luz para que salga. Actualmente la reacción es la contraria: acelerar para que no salga aquel pobre secundario. Dirán que esto es otra prueba de agresividad. Mentira. Es prueba de que está muy mal regulada la circulación y si le cedo el paso a aquél,  perderé todavía más tiempo del que me hace perder la horrorosa concepción del tráfico por parte de los responsables superiores.

Y no existe la cortesía de ceder el paso al que pone el intermitente para entrar en mi carril, por la misma razón. Falta de fluidez y falta de educación en la cortesía. Y la fluidez muchas veces se resiente por una interpretación ridícula del código. Acaso vamos varios detrás de un tractor, al que podríamos adelantar con plena seguridad sobrepasando la larga raya continua que hay antes del cambio de rasante, pero ninguno se atreve a hacerlo por si aparece el agente de turno, que no sabrá aplicar la interpretación benigna. Y ese tapón genera en ti un mal genio al que tildan de agresividad.

Y puede educarse en la cortesía de la ráfaga de luz:
Una pequeña ráfaga para hablar con el que viene y decirle que pase él primero en aquel camino estrecho, en aquel cruce de tu teórica preferencia.
Y una pequeña ráfaga para decirle al que está maniobrando para salir del aparcamiento que termine la maniobra de salida, que tú aminoras la velocidad.
Otra pequeña ráfaga para el que sale del garaje y pretende incorporarse al tráfico de la calle.

Y eres cortés, ciñéndote a tu derecha para que pasen los que vienen detrás, mientras tú esperas a que salga el coche que dejaré el hueco para ti.

Y se puede ser cortés con aquel ciclista que es un ser humano como tú, que podría ir en coche y contaminar como tú y sin embargo no lo hace.

Y se es cortés sonriendo hacia otros conductores que de vez en cuando hacen algo raro - mañana lo puedes hacer tú- y no mirarlos con ojos punzantes.

3.- Educación en la concentración.

Repitamos aquellas palabras de Fernando Alonso:
"El principal problema no es la velocidad, sino los errores en la conducción y la falta de educación vial de las personas”.
“La gente cuando va al volante de su coche piensa en otras cosas. No está al cien por cien concentrado. Yo vivo y me meto en el coche al cien por cien".

Que se esté más atento al estado de la cazada, y a cualquier percance que pueda surgir, que al silogismo de la conversación con los acompañantes.

Que se essté atento al sonido del conjunto motor-carrocería por si algo empieza a funcionar mal.

Concentrarse en el impacto del viento que varía dependiendo de su dirección y de los objetos que se interpongan.

Observar si el sol de invierno no consigue entrar en aquella curva o en aquella parte del carril.

Ir examinando de lejos todo: El coche que va, el camión que viene; su comportamiento y sus velocidades. Aquel objeto no identificado, que parece una piedra.. que es un papel... una rama..

Ir pendiente de lo que ocurre lejos, por delante y por detrás. Por los tres retrovisores, especialmente si pretendes salirte lo más mínimo de tu trayectoria.

Y fijarse en todo lo que hay a las espaldas cuando se pretenda dar marcha atrás. Hace unos minutos me comunican que mi vecino, Ceferino, de 98 años, que atravesaba el paso de peatones ha sido hospitalizado con luxaciones de cadera. Una chica novata, realizando esa marcha atrás, lo alzanzó. Señor Navarro, sí, hubo atropello en la ciudad, pero eso no se mejora con decir que a 30 por hora no hay accidentes. Ya ve usted, un accidente a menos de 30 Km/h. La seguridad vial, ya ve usted, no se limita a reducir. Hay algo más. Pregúntele a esa chica si en la academia le informaron y formaron bien sobre las precauciones a tener en cuenta al dar marcha atrás. Usted sabrá si en los exámenes de conducir hay alguna pregunta relativa a ese tema.

......Y así muchas otras formas de concentrarse.

4.- Educación en el conocimiento de diversas reacciones del coche. Impartir nociones elementales de física sobre la fuerza centrífuga y centrípeta acaso fueran interesantes en la formación que se espera de las academias de conducir.  Insistir en la importancia de evitar acelerones, de practicar una conducción adaptada a la vía, de encadenar bien velocidades, etc. Todo ello también con ánimo de reducir el consumo.

5.- Educación en el conocimiento de la climatología. Formar a los noveles en la diferentes reacciones al volante según las variaciones de la climatología.

6.- Educación en la práctica del adelantamiento. Y el que no lo entienda que sepa que debe guardar una distancia suficiente, respecto al vehículo precedente, que permita ser adelantado por otros.

7.- Educación en el relax, en la comida y bebida sana y no en el tabú cuasi absoluto....Hay mucha monserga en el ridículo índice de alcohol... Se podría subir un poco y a partir de ahí, sí, palo y tente tieso.

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